Carreras con final en Auschwitz

miércoles, 27 de enero de 2010

Este miércoles se celebra el Día Internacional de Conmemoración de las Víctimas del Holocausto nazi. En terrible exterminio se cobró millones de víctimas de numerosas nacionalidades y profesiones. Ésta es la historia de cuatro deportistas que perecieron en el campo de concentración más conocido de todos, el de Auschwitz.

Julius Hirsch fue un futbolista judío alemán que defendió durante su juventud los colores de su selección. Su primer equipo fue el Karlsruher FV, con el que debutó a la edad de 17 años. Sus goles como volante zurdo hicieron a su equipo llegar a la final del Deutsche Meisterschaft (el título nacional), donde ganaron al Holstein Kiel.

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Julius Hirsch

Su juego le convirtió en uno de los mejores futbolistas alemanes de principio de siglo pero su carrera se vio truncada por la Primera Guerra Mundial, que le obligó a alistarse en el ejército. Cuando regresó al mundo del fútbol lo hizo como entrenador, pero su carrera terminó cuando en 1933 comenzaba la ‘caza al judío’. Los principales equipos del país debían expulsar de sus filas a todos los judíos y Hirsch no fue una excepción. Es por eso que decidió mandar una carta al que era su equipo, el Karlsruher, para protestar por tan injusta decisión.

“El amor que le tenía a este equipo al que he pertenecido desde 1902 ha desaparecido radicalmente. Quiero que quede claro el daño que nos está haciendo la nación alemana a un conjunto de personas decentes que hemos demostrado nuestro cariño a este país, incluso dando nuestra sangre por él”, rezaba la carta. Tras años intentando escapar, las garras de las SS lograron dar con él y lo destinaron a Auschwitz, donde murió a manos de aquellos que habían vibrado con sus goles.

Pero hubo otros deportes que también sufrieron la barbarie de la guerra. Especialmente conmovedora fue la historia del boxeador judío Salamo Arouch. Nacido en Grecia, Arouch llegó a ser uno de los mejores púgiles de la época, pero, con tan sólo 20 años, él y su familia fueron víctimas de la ocupación nazi y conducidos hasta el mismo campo de concentración. Sin embargo, la historia de Arouch resultó ser una historia de superación.

Los oficiales al mando de Auschwitz sabían de sus dotes con los puños y le utilizaron para su diversión creando combates entre él y otros prisioneros. El que perdía, moría. Se estima que llegó a ganar hasta 200 combates. Pero no sólo logró sobrevivir, sino que además formó parte de la resistencia al colocar un explosivo en uno de los hornos crematorios del campo que hizo retrasar las brutales técnicas de destrucción de los nazis. Afortunadamente, Arouch, que fue apaleado e interrogado por su acto de rebeldía, se libró de ser asesinado ya que antes llegó el final de la guerra y, con ella, su liberación.

Peor suerte corrió el atleta Jósef Noji. Este deportista polaco era considerado uno de los mejores atletas de su país y participó en los Juegos Olímpicos de 1936, además del Campeonato de Europa de París en 1938. Campeón de Polonia en los 5.000 y 10.000 metros, eso no le libró de ser perseguido por ser judío y además formar parte de la resistencia. Después de pasar un año en la cárcel de Varsovia, Noji fue trasladado a Auschwitz y murió asesinado en 1943 por tratar de pasar una carta de contrabando.

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Jósef Noji


Otro terrible caso es el de Estella Agsteribbe, una gimnasta holandesa que había logrado ganar la medalla de oro como miembro del equipo de su país en los Juegos Olímpicos de 1928 disputados en su Amsterdam natal. Ella fue una de las miles de mujeres que fueron arrestadas por ser judía y, junto con su marido y sus dos hijos, fue asesinada en Auschwitz en 1943.

Pero ésta es sólo la historia de cuatro deportistas de los millones de personas que fallecieron en Auschwitz y en otros campos de concentración. El recuerdo de todos ellos sigue presente en nuestra memoria en un día como hoy, un día que ninguno hubiéramos querido señalar en el calendario.

Por ENRIQUE BERNAOLA en www.marca.com

Mi asesino silencioso

martes, 26 de enero de 2010

Viendo las noticias de Yahoo he leído un articulo que me ha parecido interesante compartir,porque aunque no es nada nuevo,también me afecta a mi.

Se trata de una enfermedad crónica que la mayoría de las veces no presenta síntomas aparentes. Sin embargo, puede provocar desde un infarto hasta un derrame cerebral o ceguera. Podemos sentirnos muy bien y no saber que padecemos de hipertensión arterial (HTA).

En el 90% de los casos la causa es desconocida y se le llama “HTA esencial”. En el porcentaje restante existe una causa directa y entonces se le denomina “HTA secundaria”.

La presión sanguínea es la fuerza intrínseca que provoca que la sangre circule y llegue a todos los órganos de nuestro cuerpo para nutrirlos y oxigenarlos. Cuando se mide esta fuerza se hace a través de milímetros de mercurio (mm/Hg) y generalmente se dan dos cifras: v.g. 120/80.

La primera cifra se refiere a la presión sistólica y es la que reciben las arterias cuando el corazón se contrae y expulsa la sangre. La segunda, es la presión dentro de las arterias cuando el corazón se dilata y está en “reposo”.

La HTA puede afectar a cualquier persona aunque existen factores que aumentan el riesgo, principalmente la herencia familiar, ser un hombre mayor de 40 años o una mujer de más de 50, aunque cualquier adulto mayor de 18 años puede estar en riesgo. Y por supuesto “los villanos de siempre”: vida sedentaria, estrés, tabaquismo, alcohol en exceso, consumo excesivo de sal y el sobrepeso.

Nuestro corazón, cerebro y riñones son unos valientes, ya que son capaces de soportar un aumento de presión por mucho tiempo sin manifestar molestias o síntomas. Por eso es tan importante que cada vez que visitemos al médico, cualquiera que sea su especialidad o el motivo de la consulta, nos mida la presión arterial.

En caso de presentar síntomas, los más característicos son: dolor torácico, confusión, zumbidos, latidos cardiacos irregulares, hemorragia nasal, cansancio o cambios en la visión. Y podrían ser signos de una presión arterial peligrosamente alta.

Diagnosticada a tiempo en la mayoría de los casos puede ser controlada con medicamentos y cambios en el estilo de vida. Siempre deberá un ser un especialista quien dé el tratamiento y haga un seguimiento del mismo, ya que las dosis y frecuencias serán a la carta y de acuerdo con la respuesta del paciente.


Tras 3 años de tratamiento no veo nada nuevo,simplemente me siento como una bomba andante.He aprendido a convivir y aceptar los riesgos que conlleva.Supongo que cada uno tiene lo suyo y a mi me ha tocado esto,no?

Creo que hoy...

lunes, 25 de enero de 2010

Creo que hoy es uno de esos días en los que te sientes triste por no encajar en muchos sitios.Quizás por la forma ser,por la de estar o simplemente porque para pertenecer a grupos sociales tienes que tener algo parecido a ellos.No es una tristeza que me quite el sueño,pero me hace que pensar y me apena creer que cuando alguien te considera un amigo o te da un abrazo lo hace falsamente.

¿De eso se trata?¿De ver quien es el más falso?Lo siento "amigos",conmigo no contéis porque ni lo fui,ni lo soy,ni lo seré y eso es lo que me caracteriza de los demás.Por eso soy querido por algunos,odiado por otros y soy indiferente para el resto.Pero se que hay un grupo social para mi,mis amigos,esos que me hacen reír,los que ahora me hacen llorar recordando unos momentos "mitiquisimos" y por los que seguro que lloraré el día de mi boda al verlos,porque soy así gracias a ellos.

Reloj de plata

martes, 19 de enero de 2010

Me encanta este montaje y la cancion...que decir de una de las canciones mas lindas que he oido...