Mi asesino silencioso

martes, 26 de enero de 2010

Viendo las noticias de Yahoo he leído un articulo que me ha parecido interesante compartir,porque aunque no es nada nuevo,también me afecta a mi.

Se trata de una enfermedad crónica que la mayoría de las veces no presenta síntomas aparentes. Sin embargo, puede provocar desde un infarto hasta un derrame cerebral o ceguera. Podemos sentirnos muy bien y no saber que padecemos de hipertensión arterial (HTA).

En el 90% de los casos la causa es desconocida y se le llama “HTA esencial”. En el porcentaje restante existe una causa directa y entonces se le denomina “HTA secundaria”.

La presión sanguínea es la fuerza intrínseca que provoca que la sangre circule y llegue a todos los órganos de nuestro cuerpo para nutrirlos y oxigenarlos. Cuando se mide esta fuerza se hace a través de milímetros de mercurio (mm/Hg) y generalmente se dan dos cifras: v.g. 120/80.

La primera cifra se refiere a la presión sistólica y es la que reciben las arterias cuando el corazón se contrae y expulsa la sangre. La segunda, es la presión dentro de las arterias cuando el corazón se dilata y está en “reposo”.

La HTA puede afectar a cualquier persona aunque existen factores que aumentan el riesgo, principalmente la herencia familiar, ser un hombre mayor de 40 años o una mujer de más de 50, aunque cualquier adulto mayor de 18 años puede estar en riesgo. Y por supuesto “los villanos de siempre”: vida sedentaria, estrés, tabaquismo, alcohol en exceso, consumo excesivo de sal y el sobrepeso.

Nuestro corazón, cerebro y riñones son unos valientes, ya que son capaces de soportar un aumento de presión por mucho tiempo sin manifestar molestias o síntomas. Por eso es tan importante que cada vez que visitemos al médico, cualquiera que sea su especialidad o el motivo de la consulta, nos mida la presión arterial.

En caso de presentar síntomas, los más característicos son: dolor torácico, confusión, zumbidos, latidos cardiacos irregulares, hemorragia nasal, cansancio o cambios en la visión. Y podrían ser signos de una presión arterial peligrosamente alta.

Diagnosticada a tiempo en la mayoría de los casos puede ser controlada con medicamentos y cambios en el estilo de vida. Siempre deberá un ser un especialista quien dé el tratamiento y haga un seguimiento del mismo, ya que las dosis y frecuencias serán a la carta y de acuerdo con la respuesta del paciente.


Tras 3 años de tratamiento no veo nada nuevo,simplemente me siento como una bomba andante.He aprendido a convivir y aceptar los riesgos que conlleva.Supongo que cada uno tiene lo suyo y a mi me ha tocado esto,no?

1 comentarios:

alex dijo...

Estas cosas son como un reto.

Es gracioso ver a alguien que tiene lo mismo que tú y que está mucho mejor y oirle quejarse de su "desgracia" mientras te dicen cosas cómo "tu qué sabrás" o " no te imaginas la suerte que tienes... "