Parece mentira, cuanta más gente hay en el mundo, más se parecen todos y menos abundan los personajes peculiares. Por eso voy a hablaros de un individuo único e incomparable: Genarín, pellejero y putero, un personaje que en vida no alcanzó la fama, pero que después de muerto se convirtió en una leyenda local leonesa y seguro que será célebre en los cinco continentes cuando se estrene la película basada en su vida, que se titula “Bendito canalla, la verdadera historia de Genarín” y está producida por una leonesa (Asunción Blanco) y dirigida por un granadino (Nacho Chueca). ¿Pero quién diablos es Genarín? Vamos a verlo.
Antes de nada, aclaro que Genaro Blanco Blanco no fue un producto del incesto: si sus apellidos se repiten, es porque el pobre era huerfanito y en León bautizan así a los nenes sin padres, en claro homenaje a la Virgen Blanca. Dicho esto, ya podemos añadir que con los años Genaro, al que pronto apodaron cariñosamente Genarín, fue desarrollando una peculiar personalidad y, poco a poco, descubrió tres de los grandes placeres de la vida: el juego (o mejor dicho, el tute), las mujeres (o mejor dicho, las putas) y el alcohol (o mejor dicho, el orujo o el vinazo peleón que chupaba directamente de la garrafina). La vida de Genarín consistía en currar de pellejero (o sea, trapichear con pieles) y fundirse en vicios los cuatro reales que ganaba.
Así pasaba Genarín sus noches, con la boina bien calada, agarrado a una botella, dando tumbos por burdeles y tascas de mala muerte, acompañado de poetastros, bohemios y otros especímenes que abundaban en la época que le tocó vivir y morir: las dos primeras décadas del siglo XX.
Entre sus más fieles compinches de melopea y casaputas, cabe destacar al árbitro Nicolas Pérez “Porreto”, al taxista Eulogio “El gafas”, al poeta Francisco Pérez Herrero o a un acaudalado caballero que atendía por Luis Rico y que al final se quedó con una mano delante y otra detrás, a base de convidar a beber, comer y follar a sus compañeros de fatigas, que sin duda eran diestros en las artes del gorroneo y el sablazo y también recurrían a su amigo para afrontar las deudas del tute cabrón.
Pero la fiesta perpetua en la que vivían estos crapulazos se aguó cuando, el Jueves Santo de1929, el alma de la pandilla, que no era otro que Genarín, fue atropellado (mientras hacía caca) por el camión de la basura de la ciudad. El infeliz iba tan borracho que ni se enteró cuando le pasaron las ruedas por encima. Cuenta la leyenda que el cuerpo de Genarín yacía sin vida en el suelo cuando la Moncha, una puta gallega, lo encontró y lo cubrió con una sábana.
Tras este trágico descubrimiento, la puta cerró el conejo y volvió a Lugo: este se considera el primer “milagro” de Genarín. Los otros tres fueron: un enfermo de riñón que se curó al pasar por el lugar de la muerte de Genarín; un ladrón que robaba cosas de la iglesia y se rompió la cadera; y un gol de la Cultural Leonesa al mentar un jugador a Genarín.
Estos “milagros” fueron la excusa para convertir al buen Genarín en una leyenda.la ruta se convirtió en una procesión pagana y la figura de Jenarín en un mito. Cada año, más personas se sumaban a la procesión, llevando a cuestas trono sobre el que ponían un muñeco de Genarín agarrado a una farola con una mano y a una botella con la otra. En la noche de Jueves Santo de 1930, los amigos de Genarín empezaron a hacer una ruta por los bares y puticlubs que frecuentaba el malogrado pellejero, para homenajearlo.
Además, en estas procesiones se recitan poemas y canciones en honor del finado y se hace la Ruta del Perdón, que es como un via crucis pero emborrachándose en los bares y lupanares, brindando siempre por Genarín con coplas como estas: "Y siguiendo tus costumbres / que nunca fueron un lujo / bebamos en tu memoria una copina de orujo / que fue lo que más chupaste antes de ser difunto".
En 1957, la Iglesa, envidiosa de que la procesión de Genarín tuviera más éxito que las suyas, prohibió el invento. Pero poco después de la muerte de Franco, en 1977, un amigo de Genarín superviviente, un grupo de teatro y un buen puñado de jóvenes, volvieron a ponerla de moda. Ahora, más de 15.000 personas celebran cada Jueves Santo una caricatura de la Ultima Cena, para después vagabundear por los bares y puticlubs leoneses, siguiendo la procesión de Genarín.
La fascinante y bizarra leyenda de Genarín se recogió en el libro “El Entierro de Genarín. Evangelio apócrifo del último heterodoxo español”, escrito por Julio Llamazares en 1981, que contaba la vida y milagros de Genarín y, de paso, aprovechaba para chotearse de la vida y milagros de Cristo, lo cual levantó polémicas gracias a las cuales el libro vendió más y la figura de Genarín creció y creció… hasta llegar a nuestros días: ahora tiene su propia web (www.genarin.net) y hasta se habla de él en periódicos extranjeros como “Le Monde”.
Ahora que ya tiene hasta peli y que es famoso en medio mundo, sólo falta que algún cura borracho lo beatifique en Roma y podamos celebrar, por fin, el día de San Genarín, patrón de los puteros. Ese día, prometo follarme unas putas a su salud, y en el puticlub (ya que soy abstemio) me pediré una Fanta de naranja para brindar, una vez más, por la memoria de uno de los personajes más entrañables y peculiares que ha dado España.
Por Torbe
http://blogs.putalocura.com/torbe
0 comentarios:
Publicar un comentario